Cuando era pequeña, como de cinco años, ME ENCANTABA que me llevaran a la casa “dormido” en los brazos de mi padre. Por lo general, era a Ăşltima hora de la tarde, despuĂ©s de conducir a casa despuĂ©s de alguna actividad. DespuĂ©s de años de encontrar a su hijo pequeño dormido en el asiento del automĂłvil, mis padres tenĂan la costumbre de llevarme adentro. Ahora un poco mayor, en realidad no estaba dormido, pero habĂa aprendido a amar el abrazo, el levantamiento, el transporte y la colocaciĂłn en la cama.
Como adulto con mis propios hijos, cuando cada uno llegĂł a esa etapa, sonreĂ por dentro mientras levantaba al “durmiente” del asiento para llevarlo adentro, resolviendo seguir haciĂ©ndolo mientras mi espalda pudiera sostenerse bajo el peso creciente. Dios nos levanta y nos lleva cuando estamos cansados (e incluso cuando no estamos tan cansados). Nuestro Padre está siempre presente, fuerte y amoroso para levantarnos y darnos consuelo y descanso.
Mateo 11: 28–29 (RVC): “Vengan a mĂ todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los harĂ© descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mĂ, que soy manso y humilde de corazĂłn, y hallarán descanso para su alma.”
Lo que puede esperar de su Padre Celestial al recordar el sacrificio y la victoria de Cristo es DESCANSO.
Hebreos 4:9–11 (RVC) “De modo que aĂşn queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que entra en su reposo, reposa tambiĂ©n de sus obras, como Dios reposĂł de las suyas.”
Todos los dĂas (en todo momento las 24 horas del dĂa, los 7 dĂas de la semana), en Cristo, vivimos en Su reposo sabático. El muriĂł por nuestros pecados. Nuestras almas descansan en Sus logros, en Su gracia, en Sus caminos y en Su promesa de resurrecciĂłn. Cumplimos con nuestros deberes diarios de la escuela, el trabajo o el hogar desde una condiciĂłn de seguridad y descanso en Cristo.
En Sion, los domingos, sigan apartando tiempo para descansar unas horas juntos en Su Palabra y los sacramentos, en el canto de himnos, salmos y cánticos espirituales, en la oraciĂłn y en el consuelo mutuo que proviene del tiempo que pasamos con otros en El nombre de JesĂşs. Toda la semana, continĂşe descansando en los dones de Cristo cuando estan solos en las primeras horas de la mañana o en las Ăşltimas horas de la noche, o con la familia en devociones juntos o por telĂ©fono o en lĂnea.
Cada vez que adoramos, descansamos en los brazos de Cristo mientras escuchamos las Escrituras y la predicaciĂłn y compartimos los sacramentos del Bautismo y la Sagrada ComuniĂłn. Cristo da descanso, por su poder, verdadero descanso sobrenatural para nuestras almas.
Tema de la mayordomĂa de otoño: “Vivos Para Siempre”
Nuestro tiempo juntos los domingos de este otoño, a medida que la temporada de Pentecostés da paso al Adviento, nos ofrecerá la oportunidad de reflexionar sobre estos importantes temas de corresponsabilidad de las Buenas Nuevas para un mundo cansado, confundido y herido:
Octubre: el cansancio cede a DESCANSO
Noviembre: la confusiĂłn da paso a DESCUBRIMIENTO
Diciembre: Hurt encuentra curaciĂłn en AMOR
Estos inspirarán una nueva perspectiva sobre nuestro caminar con Dios las 24 horas del dĂa, los 7 dĂas de la semana, y nuestro tiempo juntos para adorar, orar, estudiar y trabajar juntos en Sion.
Estoy emocionado de que todos descansemos en algunas canciones nuevas (para nosotros) que cantaremos juntos en el canon durante la adoración, cantadas a lo largo de cada mes y que reflejen el tema del mes. ¡Qué bendición poder compartir la vida juntos, descansando en los brazos de nuestro salvador!
En el amor de Cristo
Pastor Stephen