“Be Still My Soul”
1 Calla, alma mía, que el Señor está de tu parte;
Soporta con paciencia la cruz de la pena o del dolor;
Deja a tu Dios que ordene y provea;
En todo cambio Él fiel permanecerá.
Quédate quieta, alma mía; tu mejor, tu amigo celestial
Por caminos espinosos conduce a un final gozoso.
2 Quédate quieta, alma mía; tu Dios emprenderá
Para guiar el futuro como ha hecho con el pasado.
Tu esperanza, tu confianza no dejes que nada se tambalee;
Todo ahora misterioso será brillante al fin.
Quédate quieta, alma mía; las olas y los vientos aún saben
Su voz que los gobernaba mientras Él moraba abajo.
3 Quédate quieta, alma mía; aunque se vayan los amigos más queridos
Y todo se oscurece en este valle de lágrimas;
Entonces conocerás mejor Su amor, Su corazón,
Que viene a aliviar tus penas y tus miedos.
Quédate quieta, alma mía; tu Jesús puede pagar
De Su propia plenitud todo lo quita.
4 Quédate quieta, alma mía; la hora se apresura
Cuando estaremos para siempre con el Señor,
Cuando desaparezcan la decepción, la pena y el miedo,
Olvidado el dolor, restauradas las más puras alegrías del amor.
Quédate quieta, alma mía; cuando el cambio y las lágrimas hayan pasado,
Todos a salvo y bendecidos nos encontraremos al fin.
Texto: Catharina Amalia Dorothea von Schlegel, 1697-1752; tr. Jane L. Borthwick, 1813-97, alt.; Tune: Jean Sibelius, 1865-1957, adap.; Texto y melodía: Dominio público